Para evitar escenarios climáticos catastróficos, debemos eliminar gradualmente los combustibles fósiles y al mismo tiempo transformar los sistemas alimentarios. Un creciente conjunto de investigaciones científicas muestra que ambos desafíos no sólo son igualmente urgentes, sino que también dependen mutuamente.

El sistema alimentario industrial actual depende cada vez más de los combustibles fósiles. Los combustibles fósiles se utilizan en la producción de fertilizantes y pesticidas sintéticos, así como en plásticos, que se utilizan en revestimientos plásticos para pesticidas y fertilizantes, así como en envases de alimentos. Además, gran parte del embalaje se necesita para almacenar alimentos extremadamente procesados, desde carne y lácteos hasta dulces y bebidas azucaradas, todos los cuales requieren una fabricación que consume mucha energía y productos petroquímicos en forma de plásticos.

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