Jun K’loj Tij Wnaq o Consejo de Ancianos en idioma mam, es una organización ancestral que enfrenta desafíos en la actualidad. Durante nuestra visita a Laguna Seca, al pie del volcán Chicabal, nos reunimos con algunos de sus miembros, Don Juan Vásquez, presidente del consejo junto con Miguel López, Andrés Pérez y Antonio Ramírez, todos integrantes octogenarios del consejo. Miguel López representa al Consejo de Ancianos en el Consejo Municipal de Desarrollo. “Los principales, así se llamaba antiguamente a las personas ancianas de las comunidades que asumían el rol de gobernantes en el territorio. Con la ley de partidos políticos se reemplazó el rol de los principales”, explica Don Juan. Cuando se conformó el Consejo de Ancianos unos años atrás, contaba con más de sesenta integrantes, entre hombres y mujeres, todos adultos mayores, representando a sus comunidades. “Los antigüeños hablamos mam, también con el alcalde; pero la gente civilizada es indiferente ante la sabiduría de las personas mayores”, explica Don Miguel.
Actualmente, el consejo cuenta con 15 integrantes. En la mayoría de los casos, las comunidades, cuando fallece su representante al consejo, no han nombrado un reemplazo. “El trabajo en el consejo es voluntario. Por esto no quiere participar mucha gente mayor. Al principio el consejo contaba también con mujeres integrantes. Existe la idea de que el gobierno municipal apoye económicamente al consejo”, explica Don Miguel y añade el presidente: “No es tan fácil participar en el COMUDE, ya que es necesario hablar bien el español y, sobre todo hablar en público. Además, las autoridades municipales no ponen atención a las recomendaciones, mayormente sobre la rendición de cuentas para la transparencia”.
A pesar de la disminución de sus miembros y las dificultades para hacerse escuchar en el COMUDE, el consejo persiste en su labor de representar a las comunidades y promover la transparencia en la gestión municipal. La falta de recursos y el desconocimiento de la lengua mam por parte de las autoridades son obstáculos que dificultan su trabajo.
Sin embargo, la falta de participación de las nuevas generaciones y el desconocimiento de las autoridades locales dificultan su labor. A pesar de ello, el consejo continúa luchando por mantener viva su cultura y promover la transparencia en la gestión municipal.
Entre generaciones
El Consejo de Ancianos busca preservar la sabiduría ancestral y asegurar su transmisión a las futuras generaciones. Sin embargo, la falta de conexión con los jóvenes representa un desafío. “Los jóvenes creen que lo nuestro es caducado”, afirma Don Miguel. A pesar de los intentos por involucrarlos, como la participación de Martín, sobrino nieto de Don Juan, como secretario, no se han logrado crear espacios de diálogo intergeneracional donde se pudiese platicar y traspasar conocimientos y saberes preparando el relevo generacional. El consejo reconoce la necesidad de adaptarse a los intereses de los jóvenes y capacitar a quienes quieren en gobernabilidad, cultura y territorio para participar en la vida comunitaria. Las experiencias de los ancianos, como las de Don Juan de su tiempo como alcalde o Don Miguel como representante del consejo ante el gobierno municipal, podrían ser un puente para conectar con las nuevas generaciones.
Circunstancias determinantes
Hace casi cuarenta años, en 1986 160 familias agricultoras del municipio de San Martín conformaron un comité, comprando 154 hectáreas para tumbar bosque y cultivar papa. El volcán Chicabal con su cráter y su laguna formaban parte de este predio. Juan García, representante legal de la Asociación de Agricultores Ecológicos (ASAECO) recuerda: “Nuestra idea inicial era habilitar el terreno para el cultivo de papa y usar el agua de la laguna para el riego. Pero las autoridades nos indicaron que se trataba de un área protegida. Ante este panorama, la mayoría de las familias decidieron salirse del comité. Y quienes nos quedamos no teníamos idea de conservacionismo o de ecoturismo”. Con el apoyo del Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP) y la ONG Helvetas Probosque, las diecinueve familias que decidieron quedarse aprendieron gracias a capacitaciones y visitas de intercambio a experiencias comunitarias de conservación ambiental y ecoturismo. En 1999 nació la asociación ASAECO como colectivo que apuesta a la conservación y al ecoturismo.
Don Juan cuenta una curiosidad. “En el lugar donde nos encontramos ahora, de nombre Laguna Seca, originalmente se encontraba una laguna. La gente frecuentaba este lugar para lavar ropa o bañarse; pero como se trata de un área protegida, se había prohibido actividades que contaminan. Lamentablemente, la gente culpaba a nuestra asociación y no compartía el interés nuestro de dedicar el área a la conservación y a la recreación respetuosa con la naturaleza”. Como indica el nombre Laguna Seca, se secó la laguna y en la planicie hay zona de parqueo, un kiosko que atiende a los visitantes; para quienes desean hay la posibilidad de alojarse en cabañas o en un ecohotel simple.
Esfuerzos propios y ayudas externas
El ecohotel se logró gracias a apoyos desde el PNUD, Helvetas y el Fondo Nacional para la Conservación de la Naturaleza. Sin embargo, la mayor parte de la infraestructura actual y el mantenimiento del área, como los senderos, graderías, miradores y caminos, el monitoreo del cumplimiento de las normas durante la estadía de las personas visitantes ha sido asumido por la asociación y sus familias socias. A pesar de los desafíos, ASAECO ha logrado autofinanciarse a través de su proyecto de conservación y ecoturismo.
Tres personas de la asociación, trabajan como guarda-recursos y reciben un sueldo del CONAP. Otros socios organizan el transporte en camionetas todoterreno desde laguna seca al mirador. Se ha logrado que todas las familias logren de alguna manera algún provecho del movimiento turístico. ASAECO ha logrado posicionar el volcán Chicabal y la laguna como referente de turismo sostenible. El presidente de la asociación a la pregunta si ha podido beneficiarse personalmente del Chicabal comparte: “La laguna me dio la oportunidad de crecer, de capacitarme y de conocer otras experiencias similares; es cierto, el volcán y la laguna me sacaron adelante”.
Importancia Cultural y Espiritual
El volcán y laguna de Chicabal se han constituido en un sitio de gran relevancia cultural y espiritual y ha sido declarado lugar sagrado por guías espirituales Mayas Mam. Allí llegan miles de visitantes tanto mayas como de otras religiones para hacer rogativas, ofrendas y ceremonias. Para las comunidades Maya Mam y K’iche’, el día de la última rogativa por la lluvia, celebrada cuarenta días después de la Semana Santa atrae a más de seis mil personas; otro momento de gran afluencia es el día de la cruz, a principios de mayo. Ajq’ijs, guías espirituales de distintas partes de Guatemala realizan ceremonias en el lugar, lo que hace que la laguna se haya convertido en un centro ceremonial de gran relevancia. Como comparte Andrés López, uno de los guardarecursos “Con los turistas sucedió que nuestra organización tomó conciencia del valor de nuestra cultura y nuestra lengua”.
El turismo sostenible se ha convertido en una importante fuente de ingresos para las comunidades locales, promoviendo la conservación del medio ambiente y la revitalización de las tradiciones culturales. La laguna y el volcán de Chicabal es un ejemplo de cómo el turismo puede ser una fuerza positiva para el desarrollo comunitario.
Mensajes al Futuro