En la India, el arroz se considera un símbolo de buena suerte y prosperidad desde la antigüedad. Para miles de mujeres tribales y desfavorecidas del bloque Nayagram del distrito de Jhargram, en Bengala, atrapadas en un ciclo de violencia maoísta y pobreza, el cultivo de variedades de arroz orgánico autóctono ha traído esperanza y prosperidad.

Casi 5.000 mujeres forman ahora parte de Aamon, la mayor empresa productora formada exclusivamente por mujeres de la India Oriental, formada con el apoyo de Pradan (Professional Assistance for Development Action) , una organización de la sociedad civil que trabaja con las comunidades más pobres de la India rural.

Gracias a la agricultura regenerativa, los ingresos de las mujeres se han triplicado y han superado los efectos nocivos de la agricultura convencional basada en productos químicos que ha causado estragos en la ecología y la vida humana.

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