Art 3. Rompiendo esquemas, logrando acceso
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¿Está usted a favor de la Inmaculada Concepción de María? ¿De permitir que la Cenicienta vuelva a casa más allá de las doce? ¿Del uso, en el campo de batalla, de las llamas de los dragones de Daenerys Targaryen? ¿O está rematadamente en contra de todo ello? Y, finalmente, ¿verdad que todas estas preguntas parecen más bien absurdas? Pues sí, claro que son absurdas, porque para estar “a favor” o “en contra” de algo, se han de aducir razones, y el mundo de la mitología, de la leyenda y de la fe nos obliga, como decían Kierkegaard y San Agustín, a situarnos en otro punto, uno bien distinto: el de la creencia, el de la ilusión, el de la locura.
El acceso a recursos incondicionales como una renta básica, en cambio, nos permite re-significar la idea de “hacer” y de “dejar hacer” -o de que “nos dejen hacer”-. Porque “hacer” es algo más amplio y profundo que limitarse a “ejecutar una acción” aislada, y más aún si esta acción la ejecutamos deprisa y corriendo, en condiciones de urgencia, ansiedad y desesperación por llegar a fin de mes y sobrevivir. “Hacer”, “actuar” significa pensar, imaginar, probar, caer y volverse a levantar, volverlo a intentar, mirarlo desde otro ángulo, hablarlo con alguien más, siempre con tiempo y una caña, para tratar de obtener cierta retroalimentación, ir dando algún paso, tan a tientas como sea necesario, en la dirección prevista, y, finalmente, tratar de completar un itinerario que nos lleve a una realización tan perfectible como queramos, pero que podamos sentir como verdaderamente nuestra. Bien mirado, no se trata de algo que haya que inventar: una minoría de la población -la formada por aquellos a quienes los azares sociales han situado en posiciones acomodadas- ya lo está llevando a cabo diariamente -o puede hacerlo si se decide-. ¿Nos atreveremos a garantizar políticamente que todos y todas, sin excepciones, podamos acceder a formas de interacción social en las que se nos “deje hacer” en un sentido no banal del término? ¿Nos atreveremos a convertir esta “capacidad de hacer”, que hoy es un privilegio reservado a unos pocos, en un derecho al alcance de todo el mundo?
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